De la mujer que amo
puedo decir tantas cosas,
que es inocencia por ejemplo
cuando ríe, cuando me habla
y me provoca esas oscuras
golondrinas en el alma,
-sí... esas golondrinas
que revolotean corazón adentro
mientras ella existe
en la suave soledad de mis silencios...-,
podría decir también
que es fantasía y sueño,
por que emerge de mis voces
pasadas que habitan los versos
de mis libros favoritos,
y se transforma en capullo
cuando empieza en mi vida la mañana,
evoluciona con las risas de las aves
que dejan en su alma pequeñas plumas
con las cuales, al comenzar la tarde
teje con hilos de luna
para completar sus alas.
De la mujer que amo podría decir también
que es sinfonía, verbena pliegue adentro
de las cutículas del alma,
nota y compás de un eterno Adaggio
que en sintonía con el viento
dibuja con su dulcísima danza
los acordes que mueven en mi,
este sentir de amor pleno y silente.
Podría decir también que es uno y todos
los motivos de una cálida sonrisa
dibujada entre mis labios,
el sentido opuesto a mi tristeza
el pretexto clave de los mil motivos
que tengo en esta vida
simplemente para ser feliz.
De la mujer que amo podría decirlo todo
sin temor y sin sosiego,
podría vestirle toda de caricias que explicasen
los suspiros, el insomnio y el fuego
que arde adentro sin sentido.
De la mujer que amo lo puedo todo,
sin necesitar de nada...
lo tengo todo aún sin tener ya nada...

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Esta fue una historia de amor no escrita en nuestras pieles, mas en nuestras almas todo esta dicho, bienvenido-welcome, gracias por visitar el lugar donde crecen mis silencios y donde terminan en ella sus dudas...